La nueva gripe aviar, la causada en China por un nuevo virus H7N9, se acerca a la frontera del primer susto. Hasta ahora, los 63 casos documentados (14 de ellos, fallecidos) según las autoridades chinas se atribuyen, todos ellos, a una transmisión directa entre aves y humanos. Pero el caso de un matrimonio de Shanghái, en el que el hombre ha caído enfermo tras la muerte de su esposa, según el Shanghai Daily, abre la sospecha de que el escenario sea distinto, con transmisión entre personas. Este paso es clave en la posible expansión de la enfermedad: los mercados de aves vivas se pueden cerrar para siempre, como debaten las autoridades de Shanghái, por ejemplo, y los animales afectados y todos los que les rodean son candidatos a ser sacrificados. Pero este tipo de medidas no son, por razones obvias, aplicables a personas. “Es así de claro. Lo que nos preocupa es la transmisión entre humanos, aunque todavía no hay evidencia de ello”, ha dicho en Pekín Michael O’Leary, representante en China de la OMS.
Las autoridades del gigante asiático —el único país afectado hasta el momento— defienden también esa versión. La explicación para el caso del matrimonio de Shanghái es que ambos convivían estrechamente con las aves, ya que tenían un puesto en el mercado en el que las vendían. Hará falta ver si hay más casos en brotes entre personas cercanas para confirmar si la transmisión del virus es solo de ave a persona, o si se ha dado el siguiente paso, lo que “levaría la preocupación” por la situación, admite la OMS. En este sentido, hay más informaciones que se consideran una buena noticia: un millar de trabajadores de los centros sanitarios que han atendido a los enfermos están siendo investigados, y todos parecen sanos.
Mientras se esperan los acontecimientos, se va acumulando conocimiento sobre el virus. No es la primera vez que un H7 se transmite a humanos, pero no había sido un H7N9. Los estudios han demostrado que es precisamente la H (la proteína hemaglutinina de la cubierta) la que ha mutado para hacer que el virus infecte más fácilmente a las personas.
En el lado de las malas noticias, la variante parece que no afecta de una manera preocupante a las aves de corral. Esto quiere decir que, a diferencia del H5N1 que lleva una década circulando, es más difícil de detectar a priori: los animales no enferman y mueren, y si hacer analítica a todos los sospechosos es caro y complejo, mucho más lo es a las aves de corral, que son muchísimas más.
Por otro lado, parece que la niña que enfermó en Pekín, de apellido Yao, según periódicos locales, evoluciona de manera favorable. Pero precisamente otro niño vecino de ella, de apellido Zhu, ha enfermado, con lo que ya son dos los casos de Pekín. De esta manera, las dos mayores urbes del país cuentan con afectados.
La situación mantiene en vilo a los grandes organismos sanitarios mundiales, que no quieren caer en alarmismos como los producidos por el H5N1, que sigue presente en una decena de países, o la llamada gripe A (un virus H1N1), que después de una rápida propagación no justificó la alerta y obligó a la OMS a cambiar su definición de pandemia. Por ejemplo, el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) indica que “es posible que el rápido aumento del número de casos” se deba a que hay más controles. La actitud de momento es la de vigilar. La OMS advierte de que si todo sigue así, dejará de informar a diario. Será la mejor señal.
Fte: El Pais
lunes, 15 de abril de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)