Cristina Garcia-GraellsLaboratoire de Référence MRSA-Staphylocoques
Department of Microbiology, Erasme Hospital-Université Libre de Bruxelles
Bruselas (Bélgica)
El Staphylococus aureus resistente a la meticilina (SARM, o MRSA por sus siglas en inglés) es un problema global desde el punto de vista de salud pública. Es bien conocida su implicación en infecciones hospitalarias y en la comunidad. En 2005, se detectó un nuevo clon originario en explotaciones porcinas [1,2], con unas características bien definidas. Este clon, pertenece a la secuencia tipo 398 dentro del complejo clonal 398, no produce la toxina Leucocidina Panton-Valentine y es resistente a la tetraciclina. Desde entonces, se han realizado muchos estudios para determinar el origen de este nuevo clon, llamado LA-MRSA por haber sido detectado en primer lugar en los animales de producción (livestock associated MRSA), así como para averiguar las especies de animales implicadas como reservorio y determinar las poblaciones a riesgo. Se ha demostrado que el LA-MRSA tiene una alta prevalencia en personas que trabajan en explotaciones animales [3], sin embargo no se conoce el riesgo real de los familiares de estos trabajadores. Es importante saber qué poblaciones son susceptibles de contaminación con el fin de desarrollar e implementar medidas preventivas para evitar su diseminación a la población en general y más concretamente evitar su importación a los hospitales.
En este estudio, cuatro familias que viven en una explotación porcina y con al menos un miembro de la familia trabajador en ella fueron monitorizadas durante seis meses con el fin de determinar su posible contaminación con LA-MRSA. El estudio se realizó en tres países: Bélgica, Holanda y Dinamarca. Se tomaron muestras nasales y del interior de la vivienda de las familias. Entre ellos, 15 trabajadores y 45 familiares participaron en el estudio.
Casi nueve de cada 10 porcicultores resultaron positivos
Los resultados muestran que el 87 % de los trabajadores en las explotaciones porcinas eran portadores de LA-MRSA durante todo el periodo estudiado (seis meses), mientras que la dinámica en familiares de los trabajadores varía dependiendo del país. En Bélgica, si consideramos portadores intermitentes y crónicos se llega a alcanzar los mismos valores que los trabajadores, es decir 86 %, mientras que en Holanda y Dinamarca los valores eran inferiores, 19 % y 7 %, respectivamente. Los datos encontrados en Bélgica son inquietantes puesto que, a priori, los familiares no están expuestos directamente a los cerdos, lo cual indicaría que la transmisión y contaminación se realizó vía contacto con el entorno o contacto directo entre miembros de la familia. Sin embargo, los datos obtenidos en Holanda y en Dinamarca no sostienen esta hipótesis. Se vio que la posibilidad de ser portador de LA-MRSA está directamente relacionada con la intensidad y la exposición a la fuente de contaminación, es decir, los cerdos. En Bélgica, los miembros de la familia están más en contacto con los animales mientras que en Holanda y Dinamarca el acceso a la explotación está restringido a los trabajadores.
El entorno puede también desempeñar un papel importante en la transmisión de la bacteria. Un dato importante fue la gran contaminación encontrada en el interior de la vivienda de los trabajadores. LA-MRSA fue detectado en los pomos de las puertas, sofás y en el mando de la televisión, así como en los animales de compañía. En este caso también la contaminación en Bélgica era superior a la encontrada en Holanda y Dinamarca. Todos los aislados presentaban características acordes con el complejo clonal 398. Mediante electroforesis en gel con pulsos eléctricos (EGPE), se analizaron una selección de aislados en cada país. Los patrones demostraron que los aislados eran clónicos y se correlacionaban geográficamente. Los mismos patrones se obtuvieron durante los seis meses, mostraban un perfil homogéneo y no se observó ninguna diferencia entre trabajador, familiares y entorno.
Por el momento la transmisión entre personas es mínima
En conclusión, este estudio ha demostrado que la vía más importante para adquirir LA-MRSA es la exposición directa a la fuente de contaminación, los cerdos. El riesgo de contaminación para las personas que viven en una explotación porcina pero no trabajan en ella se reduce evitando en la medida de lo posible el contacto y exposición a los animales. La transmisión a través el contacto humano tiene una importancia menor como ya se ha demostrado anteriormente en entornos hospitalarios [4], por lo cual podemos concluir que este clon no se transmite fácilmente entre humanos de momento
Fte: Albeitar
Department of Microbiology, Erasme Hospital-Université Libre de Bruxelles
Bruselas (Bélgica)
El Staphylococus aureus resistente a la meticilina (SARM, o MRSA por sus siglas en inglés) es un problema global desde el punto de vista de salud pública. Es bien conocida su implicación en infecciones hospitalarias y en la comunidad. En 2005, se detectó un nuevo clon originario en explotaciones porcinas [1,2], con unas características bien definidas. Este clon, pertenece a la secuencia tipo 398 dentro del complejo clonal 398, no produce la toxina Leucocidina Panton-Valentine y es resistente a la tetraciclina. Desde entonces, se han realizado muchos estudios para determinar el origen de este nuevo clon, llamado LA-MRSA por haber sido detectado en primer lugar en los animales de producción (livestock associated MRSA), así como para averiguar las especies de animales implicadas como reservorio y determinar las poblaciones a riesgo. Se ha demostrado que el LA-MRSA tiene una alta prevalencia en personas que trabajan en explotaciones animales [3], sin embargo no se conoce el riesgo real de los familiares de estos trabajadores. Es importante saber qué poblaciones son susceptibles de contaminación con el fin de desarrollar e implementar medidas preventivas para evitar su diseminación a la población en general y más concretamente evitar su importación a los hospitales.
En este estudio, cuatro familias que viven en una explotación porcina y con al menos un miembro de la familia trabajador en ella fueron monitorizadas durante seis meses con el fin de determinar su posible contaminación con LA-MRSA. El estudio se realizó en tres países: Bélgica, Holanda y Dinamarca. Se tomaron muestras nasales y del interior de la vivienda de las familias. Entre ellos, 15 trabajadores y 45 familiares participaron en el estudio.
Casi nueve de cada 10 porcicultores resultaron positivos
Los resultados muestran que el 87 % de los trabajadores en las explotaciones porcinas eran portadores de LA-MRSA durante todo el periodo estudiado (seis meses), mientras que la dinámica en familiares de los trabajadores varía dependiendo del país. En Bélgica, si consideramos portadores intermitentes y crónicos se llega a alcanzar los mismos valores que los trabajadores, es decir 86 %, mientras que en Holanda y Dinamarca los valores eran inferiores, 19 % y 7 %, respectivamente. Los datos encontrados en Bélgica son inquietantes puesto que, a priori, los familiares no están expuestos directamente a los cerdos, lo cual indicaría que la transmisión y contaminación se realizó vía contacto con el entorno o contacto directo entre miembros de la familia. Sin embargo, los datos obtenidos en Holanda y en Dinamarca no sostienen esta hipótesis. Se vio que la posibilidad de ser portador de LA-MRSA está directamente relacionada con la intensidad y la exposición a la fuente de contaminación, es decir, los cerdos. En Bélgica, los miembros de la familia están más en contacto con los animales mientras que en Holanda y Dinamarca el acceso a la explotación está restringido a los trabajadores.
El entorno puede también desempeñar un papel importante en la transmisión de la bacteria. Un dato importante fue la gran contaminación encontrada en el interior de la vivienda de los trabajadores. LA-MRSA fue detectado en los pomos de las puertas, sofás y en el mando de la televisión, así como en los animales de compañía. En este caso también la contaminación en Bélgica era superior a la encontrada en Holanda y Dinamarca. Todos los aislados presentaban características acordes con el complejo clonal 398. Mediante electroforesis en gel con pulsos eléctricos (EGPE), se analizaron una selección de aislados en cada país. Los patrones demostraron que los aislados eran clónicos y se correlacionaban geográficamente. Los mismos patrones se obtuvieron durante los seis meses, mostraban un perfil homogéneo y no se observó ninguna diferencia entre trabajador, familiares y entorno.
Por el momento la transmisión entre personas es mínima
En conclusión, este estudio ha demostrado que la vía más importante para adquirir LA-MRSA es la exposición directa a la fuente de contaminación, los cerdos. El riesgo de contaminación para las personas que viven en una explotación porcina pero no trabajan en ella se reduce evitando en la medida de lo posible el contacto y exposición a los animales. La transmisión a través el contacto humano tiene una importancia menor como ya se ha demostrado anteriormente en entornos hospitalarios [4], por lo cual podemos concluir que este clon no se transmite fácilmente entre humanos de momento
Fte: Albeitar
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